Nací en Algeciras en el año 1964, donde resido y trabajo en la actualidad. Soy titulado en psicología con formación psicoanalítica de orientación lacaniana.
 
Me titulé como psicólogo en el año de 1991. En aquel Plan de Estudios la Psicología era una rama de Filosofía y Letras, así que tuve la fortuna de compartir aulas, pasillos y cafés con estudiantes de filosofía, lengua, historia. Acabé un poco harto de psicología y me desintoxiqué  montado mi propio negocio.

Regresé a la psicología del lado del paciente: análisis personal y de las instituciones. Mi primera experiencia de psicólogo fue en una residencia de ancianos. Valoro mucho la dedicación de los profesionales que estaban allí pero la institución me pareció una atrocidad. Fue un entrenamiento a marchas forzadas porque los ancianos tenían necesidad imperiosa de que los escucharas. Salí de allí sin mirar hacia atrás, no supe hacerlo de otra manera. 

Llegué al centro de rehabilitación de toxicomanías donde trabajo en la actualidad en el verano de dos mil uno. Era un sitio pequeño y apartado, pero anómalo y potente. 

Como había mucho trabajo, y por mi parte buena disposición, he hecho mucha clínica. Luego empezaron a llegar al centro personas afectas de psicosis, los llaman duales. Algunos dicen que es por la cocaína, yo pienso que es por la desestructuración social que atañe a todas las clases. La institución también me pareció atroz y que propiciaba la  negligencia profesional, entré en el sarao y me acabó tocando la china de dirigir.

Aquí he aprendido a hacer casi todo lo que hago. Y aquí he tenido constancia de casi todo en lo que creo: la toxicomanía y la enfermedad mental son estigmas; los medicamentos psicotrópicos son negocio; la curación está en la ética de lo común, la del paciente y la del profesional; y es más importante un sitio que un psicólogo.  

También he hecho mucha clínica infantil. Los niños portan los síntomas de su entorno y cada vez tienen más restringidos los espacios para subjetivarse. Los acechan tres grandes ogros: los coches, que se comen la calle; los sponsoristas  de televisión, que les comen el coco; y los expertos en paternidad, que les comen el respeto.  

Ahora estoy metido en proyectos de promoción de la salud desde el embarazo y la primerísima infancia. Tengo gran interés por los fenómenos a la base de las psicosis, los modelos de crianza.